Los
retratos del matrimonio entre Alonso de Salas Parra y Gerónima de Aguilar los
encontramos en una de las capillas de la Iglesia-Colegiata de La Candelaria,
concretamente en el retablo de Nuestra Señora de los Remedios, construido en el
año 1644, y cuyas pinturas están
atribuidas en conjunto según los estudios al reconocido pintor Francisco de
Zurbarán.
Alonso
de Salas Parra fue un importante y rico mercader que residió en la localidad
zafrense justo a su esposa, contribuyendo al desarrollo de la ciudad en aquella
época. Mandaron construir la capilla por motivos funerarios principalmente.
El
retablo es de estilo barroco, fabricado en madera principalmente, y en el cual
podemos observar una serie de pinturas, dedicadas la mayoría a personajes
bíblicos como los santos Bernabé y Andrés, san Ildefonso Toledo junto a la Virgen
María, san Miguel Arcángel y san Nicolás Tolentino, repartidos en tres cuerpos
y tres calles. Podemos encontrar también rematando el retablo un cuadro de la
Sagrada Familia y la Santísima Trinidad.
Además
de los mencionados anteriormente, los cuales son entera o parcialmente (ya que
muchos de ellos eran simplemente retocados por el maestro) atribuidos a
Zurbarán, existen los retratos de dicho matrimonio, en las esquinas inferiores
del retablo. Es en estos cuadros donde encontramos la problemática del conjunto,
ya que estos cuadros son claramente no atribuidos a Zurbarán. Tanto estos como
los que solo fueron retocados tiene su explicación en que el pintor no podía
hacer frente a la demanda que tenía en ese momento, por lo que muchas de estas
pinturas fueron realizadas por otros pintores de su taller, siempre con la
aprobación y supervisión del maestro.
Es
por ello que los estudios atribuyan a Zurbarán el 25% del conjunto de las pinturas de este retablo.
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